María, Madre sencilla,
mujer del pueblo,
que sabes escuchar y estar pendiente
cuando la gente quiere contarte algo,
escucha nuestra oración
en este día en que te recordamos.
No pretendemos
que nos liberes de nuestros problemas.
No deseamos olvidar
que la vida hay que vivirla
aunque haya momentos difíciles;
queremos estar preparados para todo.
En el Evangelio, en la historia
te vemos siempre callada, humilde,
como si fueras cobarde ante la vida.
Pero es ahí, en tu sencillez y disponibilidad,
donde está tu valor más importante.
Sabemos que intercedes delante de Dios,
que tu palabra y tus consejos sí valen.
Intercede por nosotros
delante de nuestro Padre
y ayúdanos
a que nuestra vida dé buenos frutos.