maría al encuentro de su hijo

 María quiso salir al encuentro de su divino hijo. El lugar del suplicio no es ciertamente un sitio adecuado para una madre que no puede hacer nada por salvar a su hijo.

Una antigua tradición nos cuenta que la Virgen en vez de agregarse a la multitud tumultuosa que seguía al condenado, tomó un atajo a fin de encontrarse con su Hijo, quizás junto a la puerta por la cual habría debido pasar para dirigirse al Calvario y se encontró de hecho con Él, pero, a causa de los esbirros y de la multitud no hubo ni pudo haber otra cosa, entre Ella y Él, que un rápido cambio de miradas y de afectos, sintetizando en dos palabras pronunciadas más con el corazón que con los labios: "Madre mía, Hijo mío".