jugamos sin enfadarnos

En los juegos también hemos de demostrar

que somos amigos de Jesús.

Él quiere que nos lo pasemos bien

y que vivamos alegres,

pero no por eso podemos molestar a nuestros compañeros

o enfadarnos cuando perdemos.

Por eso te pedimos, Jesús,

que en los juegos también nos parezcamos a ti.